viernes, 31 de julio de 2009

Se apaga la vida

Se apaga lentamente el fuego que desbordo sus entrañas,
hoy brilla lejana la luz, colmando de bruma sus pestañas,
nubla su vida el desenfado, con un opaco y lúgubre castigo,
hacen nido en el seno de su piel, mil telarañas de sol herido,

Lleva el viento de su final, todos los recuerdos al azar,
va tiñéndose de gris el tiempo, con su pelo en cada despertar,
toma sus manos gastadas, el implacable grillete del vacío,
lleva su marcha un desgano, desdeñado en simple hastío.

Riñe su alma ya vencida, por no dejar este mundo,
llora su pena marchita, como su piel hecha arrullos,
mira con fría nostalgia, el calor de su pasado,
caen sus lánguidos brazos, como un árbol resquebrajado.

Viaja el tímido suplicio, desde sus pasos cancinos,
arrastrando la paciencia, que lo sostuvo en el camino,
vaga solo entre penumbras, aguardando aquel lucero,
Que le devuelva ese brillo, que lo mantuvo despierto.

Viven en su carne, las huellas, que el tiempo dejo a su paso,
dibuja en su rostro la vida, acuarelas con un ocre de mil trazos,
va colmando su frente de luna, la nostalgia hecha raíces,
llueven filosos cristales, sobre sus tardes ya grises.


Secos los labios de amor, marchita su boca de olvido,
bebe el amargo candor, ese que ayer fue un suspiro,
lleva los ojos al cielo, buscando la eterna piedad,
que lo remonte al refugio, donde halle un dejo de felicidad.

Riegan sus lágrimas puras, su entramado y sombrío semblante,
espera el calor de su ansiado nido, ese que hoy es tan distante,
solo entre muchas soledades, palidece junto a mi poesía,
tristes los versos que anuncian, “se va apagando la vida”


# Homenaje a todas aquellas hermosas almas, que por cosas de nuestros días, se apagan en soledad, lejos de sus seres queridos.


Ezequiel

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